lunes, 27 de julio de 2015

Cambiemos de Corazón

Quiero hacerte una propuesta esta noche
No se trata de una propuesta indecente como otras veces
Se trata de un aprendizaje que nos hará crecer a ambos para equilibrarnos emocionalmente
Tomemos un poco de crema de tequila
Y escucha esta propuesta que te será tentativa

Quiero pedirte esta noche
Que cambiemos de corazón…
Sí, entendiste bien, hablo de un trasplante de corazón
Tú necesitas sentir ternura y yo necesito ser un hijuep*ta;
Será pasajero, no te preocupes
Absorbe mis buenos deseos que yo absorberé tus venenos,
Y sin darnos cuenta habremos alcanzado el equilibrio perfecto.

Quedaremos equilibrados,
Míralo de esa manera,
Podremos ser amigos
Que es lo que tanto anhelamos,
Después de todo lo vivido
Es lo mínimo en lo que podríamos haber quedado.

Solo imagínalo,
Luego del trasplante de corazón
Podrás sentir tantas emociones extremas como las vivo yo,
Sabrás lo que es sentir algo que te quema por dentro al expresar tus sentimientos,
Entenderás mi perspectiva de ver el universo.

Mientras tanto yo,
Seré fría, te hablaré poco,
Seré amable pero te haré entender que es por cortesía,
Pasarían los años y jamás te diría todo lo que sentía
Me gustará todo y al mismo tiempo nada,
Te lloraré de vez en cuando para que perdones mis cagadas
Y aunque no sienta remordimiento alguno por mis actos
Seguiré escudándome con que siempre he sido franco
Mis mentiras serán mis verdades, mi corazón y mi conciencia
Ya no estarían conectados por partes iguales,

Seré como tú, serás como yo
Qué lindo ¿no lo crees?

Me pedirás disculpas
Y no soportarás tu conciencia por haber sido tan cruel en el pasado
Te diré que no es tu culpa sin ni siquiera regresarte a ver
Me extrañarás y te dolerá hasta el alma,
Tendrás muchos recuerdos hermosos
Que te torturarán hasta cuando cierres los ojos
Yo no te perdonaré,
Ni siquiera me importará verte así,
Hasta que llegará el día en que me canse de ti,
Cogeré una pistola y te dispararé
Te dejaré desangrando así como tú me dejaste a mí
Te ignoraré y me iré marchando lentamente sin mirar atrás
Porque así es como tu corazón me hará actuar,
Finalmente morirás, arrepentido por no haberme recuperado,
Deseándome lo mejor hasta antes de morir,
Como un buen corazón noble, que perdura esperanzado
Que solo dejaría de amar si la muerte lo llegase a alcanzar.

Ese sería nuestro final,
No tienes porqué asustarte
Ya que es muy parecido al actual,
Entonces dime...
¿Aceptas la propuesta?
Yo sé que no la aceptarás, a pesar de que yo sí
Sabiendo que iba a terminar así, me arriesgué a vivirla para estar cerca de ti.



domingo, 19 de julio de 2015

Después de casi un año


Hoy, después de casi un año, había optado por acumular todas las cosas y recuerdos que él me había dejado.
Abrí ese cajón donde estaban todas sus cartas, empecé a leer cada una de ellas en orden de fechas, y a pesar de que ya había pasado casi un año sin saber de él, podía oír su voz diciéndome cada verso escrito en esas cartas, podía oler su aroma en cada estrofa, podía imaginar tan claramente su mirada al querer expresar tantas cosas, pero finalmente podía percibir las emociones y sensaciones que él había dejado en cada una de ellas, y fue ahí cuando me desmoroné.

Empecé a ver sus fotos y las mías junto a él, lo que más resaltaba en ellas era nuestra felicidad plasmada en grandes sonrisas de momentos que no se olvidan.

Decidí escuchar nuestras grabaciones de las canciones que juntos creábamos, que me llenaban de flashbacks de todos los momentos en que a dúo las cantábamos.

Admiré cada detalle de los obsequios que él me había regalado, que para olvidarlo yo los había ocultado. Estaban intactos, como si fueran nuevos, y así los quería, para que no se notara en ellos el pasar del tiempo.

Lloré; lloré como aquel día en el que nos dijimos: Adiós. Las lágrimas se deslizaban en mi rostro mientras mi llanto subía de tono, había pasado casi un año, tal vez más o tal vez menos, desde que decidimos separarnos yo perdí la noción del tiempo. Hay días que son tan lentos, esos días en el que él aparece como un fantasma reviviendo los momentos, esos días en los que despierto y me entristece verlo aun en mis sueños, esos días en los que despierta esa gran duda de saber que estará haciendo, cómo le estará yendo, ¿le pasará lo mismo que me pasa a mí? debería averiguarlo...

Fue en ese mismo instante en el que decidí escribirle, ya había pasado casi un año y decidí romper ese silencio extremo que ambos habíamos dejado, le envié un mensaje breve, donde expresé mis mejores deseos para él y su familia, me despedía en ese mismo mensaje, "solo quería saludar" fue mi gran excusa, había pasado casi un año y yo usaba la excusa más tonta para no tener que decirle: Aun Te Amo.

Media hora después, llega un mensaje de texto, era de él, respondiendo después de casi un año sin haberlo hecho, me agradecía por los buenos deseos y le agregó el tan usado "igual para ti", lo finalizó con un "cuídate mucho", vaya final, si tan solo el supiera que desde ya casi un año no sé lo que está bien ni lo que está mal, decidí no responderle nada, era obvio que no había nada más que decir.

Escondí nuevamente sus cartas, sus obsequios, los recuerdos, su voz, su aroma, sus caricias, sus besos, sus sonrisas, mis deseos por verlo... Lo escondí todo en un mismo cajón, el cual no abriré después de casi un año.





viernes, 17 de julio de 2015

Destrozada

He quedado destrozada
Antes y después de su llegada
Se preguntará cómo es eso posible
Si ni siquiera fui su enamorada.

Era muy perfecto para ser real
Creía que esta vez sería sinigual
Todos los colores se tornaron a gris
Al enterarme que usted empezaba a mentir.

Yo no quiero destrozarlo, ¡no señor!
Solo quiero mirarlo,
Respirar su mismo aire
Y dejarlo cautivarme.

Cambiemos los silencios por besos,
Las heridas por caricias,
Los miedos por valentía,
Y el pasado por nuevas alegrías.

No me destroce más
Alejándose silenciosamente
Sin razón, sin lamento,
Simplemente huyéndole al sentimiento.
Esta incertidumbre,
Me está destrozando,
No sé si se trata de usted
O soy yo la que lo está exagerando.

Una herida tras otra,
Es lo que me está aniquilando,
Y aparentemente ha sido usted
Él que las estaba curando.

Me han destrozado una vez más,
Yo ya no sé lo que es amar,
Si tan solo yo pudiera…
Si tan solo usted quisiera…

Destrozada estoy,

¡Porque así lo he querido yo!



lunes, 13 de julio de 2015

Para poder escribir un mejor final

Vivía en otra ciudad a más de 400 km de distancia de él,
Nuestra conexión y ganas de estar juntos eran más fuertes que nada en el mundo,
Fue por mensaje de texto cuando él me dijo: ¡Vente a vivir conmigo!,
Yo no podía creerlo, quería pero al mismo tiempo temía,
Era algo que nunca había vivido y tenía ese mal presentimiento de que algo saldría mal,
Igual se lo hice saber, le hablé de mis miedos y mis ganas de estar cerca de él,
Le comenté que ‘el que no arriesga no gana’, y así fue…

Empaque mis cajones en un par de maletas grandes,
Me fui en el avión de las 15, el cual casi llego tarde,
No sabía si las maletas eran muy pesadas o mis nervios a vivir me debilitaban,
Fue así como llegué a la gran ciudad donde viviría con él;
Me fue a recoger al aeropuerto, tan contento como cada vez que me iba a ver,
Sin importarnos las maletas, nos abrazábamos un largo rato,
Nos besábamos, nos acariciábamos,
¡Al fin juntos otra vez!

Llegamos a casa, nuestra casa;
Lo primero que hice fue acostarme en mi nueva cama, nuestra cama
Al poco rato nos ronroneaba su mascota, nuestra mascota
Y con un sutil beso acompañado de una tierna sonrisa me dijo: ¡Bienvenida!

A la mañana siguiente, me despertaron con caricias y besos,
Era muy temprano para mí, pero con los ojos cerrados podía distinguir
Como la gata y él, me intentaban consentir…

La ducha sonaba, y una canción de fondo siempre la acompañaba
Al abrir los ojos, yo observaba
Como él se rasuraba, se perfumaba, se peinaba,
Se arreglaba para su larga jornada,
Cuando el notaba que estaba despierta, corría hacia a mí a decirme: ¡Buenos días, bella!
Disfrutaba cada detalle: el poder sentirlo, olerlo, escucharlo, admirarlo, antes de irse al trabajo.
Así fue cada mañana, unas junto a él, y otras observándolo desde la cama,
Al cepillarnos los dientes o mientras yo me maquillaba y él se rasuraba,
Siempre existía el pequeño momento de admirarnos juntos,
De ver nuestros reflejos en el espejo, y quedarnos quietos
Para observar lo bien que se nos veía juntos.

Llegó el día en el que me tocaba desempacar mis maletas,
De distribuir el espacio en partes iguales;
Al abrir el tercer cajón me llevé una gran sorpresa,
Había ropa interior de mujer,
Mi corazón empezó a latir a mil,
No sabía cómo reaccionar a algo así…
Pero para mi buena suerte.
Tenía etiqueta,
Se trataba de un regalo para mí;
Esa anécdota fue graciosa,
Luego fueron llegando otras,
Que no hacían reír, 
De cierta manera me hacían infeliz.

Cada vez habían menos: ¡Te Quiero!,
Menos sonrisas, menos sexo;
Trabajábamos juntos en grandes proyectos,
Era su secretaria, su productora, su ejecutiva, su mano derecha,
Su amiga, su confidente, su compañera,
Era su TODO y él era el mío, porque sencillamente así lo habíamos decidido.

Una noche en particular, la cual él se quedó dormido de tanto trabajar,
Cometí el error de revisar unos mensajes de un chat abierto que dejó en mi laptop,
Unos mensajes que me destruyeron por completo,
Me encerré en el baño a llorar, no lo quería despertar,
Me hice la promesa de fingir no haber visto nada y esperar que él mismo se disculpara…

Pasaron los días, y era obvio que mi actitud cambiaba,
Le hablaba de personas y situaciones que talvez le despertarían las ganas de hablar del tema,
Pero en vez de confesar, lo negaba todo,
Llegó a reclamar que quien era ese alguien que me envenenaba, diciéndome cosas que irreales
Cuando yo muy bien sabía la realidad, la triste realidad.

Me llevó a cenar, a un restaurant muy caro y fino
Había una vista hermosa, la mejor de todas,
A la luz de las velas junto a un buen vino,
Era tan perfecto todo que parecía que se acercaba el matricidio,
Me tomó de la mano y me dijo lo feliz que era conmigo,
Y al acabar la cena, de manera muy seria terminó diciendo:
¡De aquí no nos vamos, hasta que me digas quien está arruinando lo nuestro!

¡Por favor no me hagas esto ahora! – Dije yo
Y antes de crearse un espectáculo, cogí mis cosas y caminé hacia el carro,
Él me siguió buscando respuestas, respuestas que me negaba a dárselas
Porque sencillamente quería que fuera él, el que confesara, para poder perdonarlo
Para poder amarlo como antes lo había amado,
Pero seguía insistiendo en que se trataba de alguien que nos quería alejar,
Que yo estaba loca, y que de una vez tenía que hablar…

Mi silencio lo enloquecía, las cosas bellas entre nosotros desaparecían,
Llegaron los gritos, los insultos, las miradas feas,
Las lágrimas que ambos derramábamos,
Las largas duchas en absoluto silencio acompañadas con un largo abrazo…

La paciencia se me había agotado, ya no podía más ocultar ese pasado
Que destruía nuestro presente lentamente,
Se trataba de toda esa mala onda que se había creado,
Me sentía cada vez más pequeña y débil frente a su fuerza y “verdades absolutas”
Y fue en una fea discusión, la cual él me botó,
Y al instante que empaqué, él se arrodilló.
Lloró como nunca pidiendo perdón,
Dejándome en claro, y apenas pudiendo hablar
Que yo no merecía un hombre que me tratara tan mal,
Yo solo lo abracé, y y en mis adentros pensé:
¡Esto jamás te lo perdonaré!

Y fingiendo estar bien, a los pocos días regresé
Mi casa estaba llena de polvo, pero llena de paz,
Esa tranquilidad donde nadie me dominaba,
Era lo que realmente extrañaba,
Lo amé, lo amé como a nadie
Por eso me arriesgué,
Le entregué todo, olvidando y aceptando cada defecto de él
Me fui hostigando y cuestionando si esto era lo mejor para ambos…

La relación a distancia funcionaba bastante bien para él,
Mientras yo… yo ya no sabía que sentía ni que quería,
Yo era muy joven y él tan vivido,
Dejé de ir a su ciudad, y fue él quien al fin empezó a visitarme con regularidad,
Fue cambiando y aportando más a la relación, no más gritos e insultos
Las discusiones desaparecían,
Pero no por buena comunicación,
Eso nunca,
Él se había comprado casa nueva, carro nuevo, proyectos nuevos,
Que simplemente me ocultaba y me enteraba por su familia que tanto me apreciaba,
Yo ya no preguntaba, yo ya no me amargaba,
Yo ya todo lo aceptaba, por eso funcionaba, por eso él feliz estaba,
Pero yo no… Yo ya no era feliz

Y fue una tarde de marzo
El día en el que decidí
Dejar de ser débil y empezar a ser fuerte,
Esa misma tarde en la que me llamó para decirnos adiós,
Y a pesar de que fue mi decisión,
Fue la despedida más triste en la que me encuentro hasta el día de hoy,
Una relación que tuvo que terminar,

Para poder escribir un mejor final.